Cosidos es un proyecto que nace de una conexión muy especial entre mi trabajo y el de Manel Boixadera. Se trata de una fusión de dos lenguajes artísticos aparentemente diferentes: la pintura al óleo de Manel y mis bordados, que intervienen y transforman su obra. Todo comenzó en el centro de arte contemporáneo Konvent, un espacio que, al igual que los viajes que hicimos juntos, nos permitió no solo compartir un taller, sino también nuestros pensamientos, inquietudes e ideas, lo que enriqueció tanto mi proceso como el suyo.
Para mí, el proceso de Cosidos es una forma de compartir un pedazo de mi historia, de mi forma de ver el mundo. Manel confía en que su pintura será modificada por mí, y juntos conseguimos que algo tan personal se convierta en una creación colectiva, en la que ambas disciplinas se mezclan, se apoyan y se transforman mutuamente.
Coser sobre los cuadros no es solo un gesto lleno de intenciones, sino de una profunda reflexión sobre la tradición. Es mi manera de encontrarme con ella, pero también de desafiarla y reescribirla a mi manera. Rompo con la idea de tener que bordar unas iniciales para un ajuar, sin que nadie defina mi destino ni mi forma de ser. Para coser hoy lo que quiero, cuando quiero, convirtiéndose en un acto de libertad absoluta. Cada puntada que doy es una reivindicación de mi espacio, de mi voz, y de mi derecho a expresarme sin límites.